Después de ser diagnosticado con cáncer de hígado, Donald M.
Topping fue advertido por los oncólogos que sus oportunidades de sobre vivencia
eran mínimas. Entonces acudió al yagé o Ayahuascar por una segunda opinión.
Hace un año no pensaba que estaría escribiendo acerca de dos
asuntos que generalmente son considerados tabúes. Uno de éstos es el cáncer, ya
que nosotros evitamos mencionar el cáncer porque revela nuestros miedos a la
muerte y al dolor. Por esta razón se evita el tema o se habla en voz baja respecto
al tema . Simplemente quisiéramos que no existiera.
Asimismo el Ayahuascar es otro tema altamente tabú. Incluso
es ilegal en algunos casos y casi
inalcanzable para la investigación espiritual, medica, sicológica y
neurocientífica. Como en el caso del cáncer, también tendemos a hablar del yagé
en susurros.
Sin embargo ahora
Donald disfruta de los privilegios de una persona recientemente
jubilada, y de ser amigo del cáncer y el yagé o ayahuasca, pues puede hablar
libremente de los dos. El Menciona la palabra "amigo" porque ésa es
la manera como ve la relación que ahora tiene con ambos.
Probablemente su relación directa con el cáncer empezó con
su nacimiento hace sesenta y ocho años cuando llego al mundo con una estructura
genética determinada, en parte, por los miembros familiares de generaciones
anteriores, quienes habían muerto de cáncer colo-rectal metastático. Si hay
alguna validez para la teoría de predisposición genética, Donald estaba directamente en la línea para una
experiencia de primera mano con las células que tienden a formar los tumores de
una manera frenética.
Por esta razón
decidió tomar otra alternativa para curarse. Se negó a la intervención quirúrgica y decidió
experimentar con la medicina natural. El cirujano y Donald
acordaron un itinerario durante cuatro
meses en los cuales siguió un régimen de naturopatía: micro-dosis de varias
substancias, dieta vegetariana, visualización, descanso suficiente y ejercicio.
Después de este período, la segunda biopsia no reveló ninguna célula
cancerígena. Donald estaba alborozado;
el cirujano estaba desconcertado y sugirió otra biopsia en dos semanas, lo cual
acepto. Entonces el descubrió un poco más de tejido con células cancerígenas y
convenció a Donald que debía operarse. Pero Donald decido investigar mas a
fondo sobre el Ayahuascar y tomo la decisión de hacer aquel viaje ancestral que
tanto había escuchado hacer maravillas.
La experiencia de Donald con el Ayahuascar fue increíble.
Después de algunos rituales litúrgicos preliminares, nos
alineamos para recibir nuestra primera taza de ayahuasca justo después de la
puesta del sol. Una segunda dosis se dio aproximadamente dos horas y media
después. A los veinte minutos empecé a sentir algo así como un efecto que
parecía un poco familiar recorriendo todo mi cuerpo. Eché una mirada alrededor
del cuarto, y noté que otros estaban haciendo lo mismo, mientras se movían en
sus sillas e intentaban cantar las versiones litúrgicas de los ícaros en
portugués. A esta altura, empecé a preguntarme si yo había tomado la decisión
correcta. Entonces, de repente, la planta me atrapó y me llevó a través de un
viaje prolongado hacia otra realidad, un viaje para el cual yo no estaba
totalmente preparado.
Cuando intento describir mi experiencia con el ayahuasca a
otros que conocen algo el sicodélicos, les digo que el LSD y los hongos
distorsionan y proporcionan nuevas formas de la realidad con la que se esta
familiarizado; el ayahuasca lo conduce a una realidad que usted nunca antes ha
visto, ni ha imaginado. Cuando cerré mis ojos, las imágenes empezaron a correr a una velocidad creciente
ante mí. Los remolinos de colores, formas, texturas y sonidos simplemente me
atravesaron al punto que me quedé inmóvil. Como muchos otros antes que mi, sin
duda, me asusté un poco. Cuando abrí mis ojos la fantasmagoría de formas
desapareció, y me vi en el mismo cuarto con los otros, todos vestidos de
blanco, la mayoría de quien estaba moviendo sus labios con las canciones que
cantaban los brasileños del Santo Daime. Cerré mis ojos de nuevo, e
inmediatamente las imágenes volvieron a surgir con intensidad, parecían estar
intentando entrar en los escondrijos más profundos de mi cuerpo y alma. Yo
pensé: “eh, esto no es muy divertido”. Después de este período de desorientación
inicial, pude recobrar mi enfoque en lo que inicialmente me trajo aquí.
Yo era un hombre condenado. Los oncólogos y su Biblia me
dijeron que mis oportunidades de supervivencia eran limitadas. Yo había venido
al ayahuasca para una segunda opinión. Entonces empecé a dejarme llevar y a
permitir que la planta haga su trabajo.
Ahí fue cuando empecé a captar la primera vislumbre del
mundo increíble y abrumador del ayahuasca. No había ninguna vuelta atrás ahora.
No había nada que hacer ahora sino permitir que ocurriera. Después de un año yo
había sido curado a través de las
maravillas de las plantas naturales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario